Familiares de víctimas en río Fula piden balneario sea clausurado

Odali Acosta, padre de Yisneidy Yaquil Vázquez, quien murió este martes junto a su hija Jade Contreras Vázquez, tras la crecida del río Fula, en el municipio Bonao, provincia Monseñor Noel, pidió a las autoridades clausurar el balneario para evitar que se registren otras tragedias.

«Porque no es la primera vez que sucede. Y no es la primera vez que una persona muere. Y eso se puede evitar», expresó Acosta en medio de dolor y el llanto durante el velatorio de sus parientes.

Indicó que el balneario se debe clausurar para siempre, no temporalmente. «Sí, ese balneario se puede clausurar para siempre, no temporalmente. Porque temporalmente es lo que pasa», manifestó con la voz entrecortada.

Exigió a las autoridades prestar atención a su pedido, debido a que una vez el lugar fue cerrado temporalmente, pero ahora se llevó a su hija y nieta y a otras dos mujeres. Una joven de 29 años continúa desaparecida.

«Aquella vez lo clausuraron temporalmente. Pues ahora se cuatro vidas. Incluyendo mi hija y mi nieta», explicó.

Dijo que no hay palabras para describir a su hija. «No hay palabras para describirla. Con palabras no se describe», narró con lágrimas en sus ojos. Contó que Yisneidy le llamó el día de la tragedia para enseñarle dínde estaba.

«Ella salió a festejar que cumplía 29 años. Y yo la llamé. Y me llamó por video para enseñarme dónde estaba», detalló. Relató que no pasaron dos horas de la llamada cuando sucedió la desgracia.

«Y no pasaron dos horas. Y esta tragedia sucede», precisó. «Hecho así. No se debe repetir en mi país», consideró.

«Una muchacha luchadora, trabajadora, buena madre y buena trabajadora», con estas expresiones, Odali Acosta describió a su hija, a quien recordará toda su vida.

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Señaló que ella «tenía una tiendecita donde vendía ropa». De igual manera, comentó que el esposo de su hija está devastado por tratar de salvarla y no poder hacerlo.

«Sí, el esposo está vivo. El esposo me contaba, me narraba anoche, que él tuvo que soltarla. Él luchó también. Pero la corriente también lo arrastraba y tuvo que soltarla. Por ahí está el destrozado», subrayó.

Jade Contreras Vázquez, de 13 años, era una niña con muchas aspiraciones, las cuales no podrá materializar. ‘Una niña con aspiraciones. Todo el que la conoce y la trató, sabe que era una niña con una buena educación’, concluyó.

El velatorio se realiza en medio de escenas de dolor y lamento en el sector Barrio Nuevo, Sabana Perdida, en Santo Domingo Norte, donde residían.

Ambas serán sepultadas este jueves en el Cementerio Cristo Salvador, de San Isidro, Santo Domingo Este.

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