Siria y Rusia rechazan acusaciones occidentales sobre presunto ataque químico

El Kremlin asegura que Washington no dispone de información “objetiva”, “fiable” ni “realista” para culpar al Gobierno sirio de lo ocurrido en la localidad rebelde de Jan Sheijun.

BEIRUT. El régimen sirio y su aliado ruso rechazaron este jueves las acusaciones de los países occidentales sobre el presunto ataque químico en el noroeste de Siria, mientras estos últimos trataban de llevar a votación una resolución de condena en la ONU…

En esta imagen tomada el 4 de abril de 2017 y publicada el miércoles 5 de abril, expertos turcos evalúan a una víctima de un supuesto ataque con armas químicas en la provincia siria de Idlib, en un hospital de Reyhanli, Hatay, Turquía.
En esta imagen tomada el 4 de abril de 2017 y publicada el miércoles 5 de abril, expertos turcos evalúan a una víctima de un supuesto ataque con armas químicas en la provincia siria de Idlib, en un hospital de Reyhanli, Hatay, Turquía.
 

Dos días después del ataque que dejó 86 muertos, el presidente ruso Vladimir Putin consideró “inaceptable” acusar sin pruebas al régimen de su aliado Bashar al Asad.

La víspera, Estados Unidos, Francia y Reino Unido presentaron un proyecto de resolución para condenar el ataque y pedir una investigación en el Consejo de Seguridad de la ONU, pero se aplazó su votación para permitir una nueva negociación con Rusia, el principal apoyo internacional de Damasco.

Moscú ha vetado sistemáticamente este tipo de iniciativas desde el inicio de la guerra siria en 2011.

El Kremlin asegura que Washington no dispone de información “objetiva”, “fiable” ni “realista” para culpar al Gobierno sirio de lo ocurrido en la localidad rebelde de Jan Sheijun.

En Nueva York, los diplomáticos occidentales presionaban este jueves para que el Consejo de Seguridad se volviera a reunir para votar la resolución de condena contra Damasco.

El ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Marc Ayrault, dijo que la resolución presentada por Reino Unido, Francia y Estados Unidos seguía siendo una prioridad. “Estos crímenes no deben quedar sin castigo”, declaró el canciller, que acusó a Asad de “masacrar a su propio pueblo”.

Sus palabras coincidieron con las del presidente estadounidense Donald Trump, que afirmó: “Estos actos de odio por parte del régimen de Asad no pueden ser tolerados”.

– Gas sarín –

La indignación internacional creció este jueves con la difusión de imágenes en las que se ven niños sufriendo convulsiones y personas que yacen inertes en las calles mientras les sale espuma de la boca.

El carácter químico del ataque parece, por lo tanto, cada vez más claro aunque sus circunstancias siguen causando controversia.

En Turquía, donde fueron trasladados numerosos heridos del ataque, los primeros análisis “efectuados a partir de elementos extraídos de los pacientes hacen pensar que estuvieron expuestos a un agente químico”, indicó el ministerio de Salud.

Médicos presentes en la zona y varias oenegés internacionales como Médicos Sin Fronteras (MSF) también mencionaron el uso de “agentes neurotóxicos”, especialmente de gas sarín. Este gas inodoro e invisible bloquea la transmisión de las señales nerviosas y provoca una muerte por parada cardiorespiratoria con un simple contacto con la piel.

El régimen sirio ya fue acusado de utilizar gas sarín el 21 de agosto de 2013 en un ataque contra ciudades en poder de los rebeldes en la periferia de Damasco, que dejó al menos 1.429 muertos, incluidos 426 niños, según Estados Unidos.

Pero el ministro de Relaciones Exteriores sirio, Walid Muallem, aseguró este jueves que el ejército sirio “no ha utilizado ni utilizará jamás” armas químicas contra su propio pueblo, “ni siquiera contra los terroristas”, que es como el Gobierno se refiere a los rebeldes y a los yihadistas.

Según él, la aviación siria bombardeó “un depósito de municiones perteneciente” a los yihadistas que “contenía sustancias químicas”. Esta explicación concuerda con la versión del ejército ruso, que disculpó en parte al régimen.

“En este caso, no hay duda de que se utilizó un arma química militar”, afirmó Olivier Lepick, investigador de la Fundación para la Investigación Estratégica (FRS, por sus siglas en francés). “No fue un escape en un almacén. Es claro y evidente para cualquier persona que observe con objetividad lo que ocurrió”, añadió.

– ‘Asfixiados’ –

Jan Sheijun, controlada por rebeldes y yihadistas, parecía una ciudad fantasma cuando un corresponsal la visitó el miércoles. Sus habitantes estaban conmocionados y había animales muertos en las calles. Un equipo con máscaras y guantes tomaba muestras en un cráter causado por el bombardeo del martes.

Dos días después, decenas de habitantes de la ciudad rebelde de Duma, cerca de Damasco, llevaron a cabo una sentada para protestar contra el ataque. “Somos las próximas dianas”, “Necesito una máscara de gas”, “Nos asfixiamos desde hace cuatro años y el criminal sigue en libertad”, proclamaban las pancartas de los manifestantes.

Un grupo de niños se tendió en el suelo para recordar a la treintena de niños fallecidos en Jan Sheijun.

“No podemos permitir que se sigan matando niños en Siria”, declaró el director regional de Unicef, Geert Cappelare.

Treinta niños figuran entre los 86 civiles que perdieron la vida en Shan Sheijun, según el último balance del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Alrededor de otros 160 resultaron heridos e ingresaron en hospitales de la provincia de Idlib o en el sur de Turquía.

por Rana MOUSSAOUI

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